TRES GRACIAS SANGRANTES
Most of my work shows women´s bodies questioning the aesthetics externally imposed and the relationship society has stablished with the abject: pain, blood, illness and old age.
The media, as well as the medical establishment specially sensible to economic interests, the intention is to restrain women´s vital cycles so they would conform to a rigid and standarized sexuality.
The advertising industry tries hard to convince us that women´s blood is blue, that menstrual cycles stink, that pain is normal and should be medically numbed, and that mood swings are part of a syndrome (PMS) which is treatable by a huge range of pharmaceutical solutions. External control over women´s physiology and psychology reach debates about abortion legality and illegality, backs up the endless interventions on pregnancy and birth which ends up in an incredible high rate on C-sections in most of the developed countries.
The external manipulation of women´s hormones starts some times in the beginning of adolescence.
The devalorization of old age starts more and more women in an anguished and fruitless trip in search of eternal youth.
“Three Bleeding Graces” gives visibility to blood intending to denounce the devitalization, domestication and explotation that women´s bodies subjugate along this process.
Gran parte de mi trabajo visibiliza el cuerpo de las mujeres cuestionando la estética externamente establecida y la relación con lo abyecto: el dolor, la sangre, la enfermedad y la vejez.
Desde los medios, como también desde una ciencia médica especialmente susceptible a los intereses económicos, se intenta encausar los ciclos vitales de las mujeres para que se conformen a una sexualidad rígida y estandarizada.
La publicidad se empeña en hacernos creer que la sangre de las mujeres es azul, que los ciclos menstruales huelen mal, que el dolor es normal y medicable, y que los cambios de humor forman parte de un “sindrome” (PMS) farmacológicamente tratable. El control externo sobre la fisiología y psicología de las mujeres llega a debates sobre la legalidad o ilegalidad del aborto, avala el intervencionismo en los partos lo cuál provoca que en países desarrollados las cesáreas alcancen índices de epidemia, llegando a representar casi el 50% de los nacimientos. La desestabilización hormonal provocada comienza muchas veces en el primer atisbo de adolescencia. La desvalorización de la vejez hace que cada vez más mujeres inicien un angustiante camino en busca de la juventud eterna.
“Tres Gracias Sangrantes” visibiliza la sangre en un intento de denunciar la desvitalización, domesticación y explotación a la que se someten los cuerpos de las mujeres a lo largo de este proceso.